Memoria 2020

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En 2020, la pandemia por COVID-19 tuvo como lógica consecuencia que los sistemas de salud se aboquen casi en su totalidad a coordinar los esfuerzos para mitigar el impacto del virus SARS-CoV-2 en la población. El alcance fue tal, que esta repercutió inevitablemente en los sistemas de procuración y trasplante de órganos y tejidos de todo el mundo; muchos países tuvieron que suspender por semanas, e incluso meses, la actividad.

El impacto también alcanzó a la donación y trasplante en la Argentina. En 2019 había registrado las cifras más altas en la materia, y los primeros meses de 2020 habían comenzado más que auspiciosamente.

No obstante, por el hecho de haber podido observar previamente el efecto de la pandemia, principalmente en el continente europeo, se tomaron medidas anticipadas para que nuestro país pudiera adaptar el sistema y así mantener la actividad de procuración y trasplante en el contexto sanitario actual.

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